Like a secret.

Disclaimer: South Park no me pertenece.

Advertencias: Yaoi, Pip x Butters.

Dedicado a: Mónica, Sara y Diana.



-.-.-.-Like a secret-.-.-.-

Capítulo 1:

Era la hora del patio, los niños jugaban con sus amigos. Cartman, Kyle, Stan y Kenny estaban montando una extraña maquina que serviría (supuestamente) para localizar a Damien, no era por amistad ni nada, solo que el señor Garrison en un ataque de locura decidió que les suspendería a todos las matemáticas y decidieron que lo mejor sería matarlo y solo Damien podía hacerlo y salirse

de rositas.

El problema es que la maquina parecía tremendamente insegura, solo necesitaban un tonto que la probase.

-¿Dónde esta el maricón de Butters?- Pregunto Cartman con una mueca de fastidio.- Si por su culpa nuestro proyecto va mal le pego.-

-Pues a saber...- Comentó Kenny sin demasiado interés.

-Escuchad, ¿Y porque no le preguntamos al chef qué hacer?- Sugirió Kyle.

-Si, mejor que meternos en más líos- Respondió Stan.

En otra parte dos rubios se escurrían a la parte más oculta del patio, iban solos por seguridad, porque iban a jugar a un juego secreto, y sabían que nadie lo entendería, porque a esos juegos no se juegahasta que eres mayor.

Nadie sabia que ellos sabían de que iba ese juego, ellos solo sabían que era un juego bonito y emocionante, tenían todos los materiales necesarios y muy claro que querían jugar.

Pero estaban nerviosos, pero ellos ya creían que eran lo suficientemente mayores ¡Por Dios! Tenían nueve años, nueve, eran ya muy mayores.

Finalmente llegaron y se sentaron junto a unas matas.

-Butters... ¿Pero esto está bien?- Dijo Pip sintiéndose inseguro.

-Si-si, mis papás lo hacen y mis papás no hacen nunca cosas malas...- Dijo Butters frotando sus nudillos.

-Bueno... Pues entonces lo hacemos.-Sentenció el pequeño rubio británico.

Pip sacó una barra de labios con sabor a fresas.

-Pues para ponértelo solo te los tienes que pintar como tu mamá- Dijo Pip.

-Ponte tu primero- Pidió Butters.

Pip se puso un poco y lo extendió con sus deditos por sus labios.

-Te toca a ti.- Dijo entregándole la barra a Butters.

Butters se puso bastante, él creía que si se ponía más era mejor.

-Bueno, ahora empieza el juego... Estoy muy muy nervioso.- Confesó Butters temblando como una hoja.

-Y yo...- Dijo Pip.

Se acercaron, estaban muy nerviosos, finalmente rozaron sus labios y los mantuvieron un poco.

Se pusieron rojos y se separaron un momento.

-¿Y ahora qué?- Preguntó Butters.

-Pues... ¡Ah! ¡Ya sé!- Exclamó el británico.-Lo único que tenemos que hacer es besarnos en la boca como si fuesen mejillas.

-¡Es muy fácil!- Dijo muy animado Butters.

Se volvieron a acercar y cerraron sus ojos azules, el primero en besar fue Pip, luego Butters, se sucedieron varias ocasiones en las que uno besaba y el otro recibía el beso, hasta que algo inesperado sucedió, Butters se adelantó en besar y los labios de los dos se encontraron en un beso distinto a lo imaginado, abrieron los ojos y se miraron sin separarse, se sintieron cómodos de golpe, se cogieron de las manos y se empezaron a dar besitos al mismo tiempo.

Sonó la campana que indicaba el final del recreo, los dos niños se separaron.

-Ha sido bonito...-Dijo Butters.

-¿Mañana jugamos más?- Sugirió Pip.

-Si, este juego es muy divertido ¡Mañana más!-Dijo Butters.

Los dos rubios salieron de su escondite y se fueron a clase entre risas, Cartman los miró muy extrañado...

Continuará.

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Capítulo 2:

Aquel juego se volvió una rutina, jugaban todos los días, era muy divertido y por eso, por su gran juego secreto ellos eran mejores amigos, bueno, de hecho ya no se juntaban con nadie más, ellos solos se sentían completos, no querían otros niños a su lado.

Cartman los había estado observando, y aquello cada día lo tenía mas curioso, quería saber que se llevaban entre manos, una vez creyó verlos cogidos de la mano durante una de las explicaciones interminables del señor Garrison, pero claro, no estaba seguro.

-Chicos... Pipi y el maricón de Butters planean algo- Dijo un día Eric.

-Déjate de tonterías, gordo, y céntrate en el juego.- Respondió Kyle.

-¡No soy gordo, judío de mierda! ¡Soy de huesos anchos!- Se quejó Cartman.

-Vale, ya.- Dijo Stan.- Haya paz. A mi realmente me importa una mierda lo que hagan esos dos.

-Y a mi.-Dijo Kenny.

-Pues vale, yo solo lo descubriré, y sin vuestra ayuda, ¡Hippies!- Y el niño obeso se fue decidido hacia la parte trasera del patio.

Los otros tres siguieron jugando como si nada, pasándose un balón, un rayo cayó del cielo y mató a Kenny.

-¡Oh, Dios mio, han matado a Kenny!- Exclamó Stan.

-¡Hijos de puta!- Exclamó Kyle.

-Oye, tío, vamos a ver que intenta el gordo.- Sugirió Stan.

-¿Por qué no? Ya me estaba cansando de esta mierda- Dijo Kyle.

En otro sitio.

-Pip, ¿Puedo abrazarte?- Preguntó Butters.

-Si yo puedo abrazarte a ti también.- Sugirió Pip.

-¡Claro!- Respondió Butters. -Pip... yo... creo que te quiero.- Dijo Butters mientras se abrazaban.

-Yo creo que también, me gusta mucho estar contigo.-Respondió el británico.- Y además tengo algo para ti.

Se separaron y Pip buscó en su bolsillo, sacó un pequeño anillo de plástico con una piedrecita en forma de Hello Kitty, Butters lo miró impresionado.

-¿Enserio es para mi?- Preguntó Butters.

-Si, porque quiero que seas mi novio.- Dijo Pip más rojo que una manzana.

-Pero... ¿Dos chicos pueden ser novios?- Preguntó Butters.-Además yo no tengo nada para regalarte.- Mientras se frotaba los nudillos.

-Si se puede, además, da igual que no tengas nada para darme.-Respondió el británico.- Además para encontrar el anillo tuve que comer muchas galletas Hello Kitty, solo para que tu lo tuvieses.-

Butters se puso el anillo y se miraron.

-Oh, Pip, es tan bonito...- Dijo Butters.

Vio una bonita flor blanca cerca de ellos y la alcanzó con su mano, arrancándola y entregándosela a Pip.

-Gracias Butters, me encanta.-Dijo Pip.

Se acercaron y se dieron un tímido besito en los labios.

La campaña sonó, un día más en el que su secreto era aún secreto.

Continuará.

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Capítulo 3:

Cartman no logró descubrir que ocultaban Pip y Butters, sabía que fuese lo que fuese se llevaba a cabo en la parte final del patio, no sabía con exactitud donde pero estaba dispuesto a descubrirlo, la actitud de los dos rubios era extraña, no respondían a insultos ni a ningún tipo de provocación, almorzaban solos y no intentaban juntarse con nadie.

-Eh, Cartman.-Le susurró Clyde en clase.-Cartman.

-¿Qué?-Respondió él susurrando.

-Creo que Butters tiene novia.-Y soltó una sonrisita.

-Vamos, Clyde, eso es imposible, es un marica.-Pensó un momento y después añadió-¿Por qué lo crees?

-Pues porque esta dibujando corazoncitos.-Dijo Clyde, ya ganándose una mirada de atención por parte del señor Garrison.-Luego hablamos.-

Después de clase Clyde y Cartman fueron a merendar a casa de Cartman. La mamá de Eric les sirvió unos sándwiches de mantequilla de cacahuete, dos grandes tazas de chocolate y un montón de

comida basura, pero Clyde no comió demasiado porque, aunque estuviese todo muy bueno, él no quería reventar.

-Y bien- Dijo Cartman-¿Qué hacía Butters?

-Pues... Dibujar corazones, ¡Ah! Escribió varias veces "Te quiero".-Respondió Clyde.

-Bueno... Si averiguas algo más me llamas, aquí tienes mi tarjeta.-Dijo Eric entregándole una tarjetita pequeña con su nombre.

Se despidieron y Eric se quedó solo en su casa. Fue hacia el teléfono y marcó el numero de Butters.

-Residencia de los Stotch, al habla Butters.-Respondieron desde el otro lado de la línea telefónica.-¿Quien es?

-Hola, Butters, amigo. Llamaba para preguntarte si te apetece venir a mi casa a jugar.-Sonrío, creyendo que iba obtener lo que quería.

-Lo siento, Eric, pero hoy no puedo y además tengo que colgar, adiós.-Y colgó el teléfono.

-¿Quien era, Butters?- Preguntó Pip mientras continuaba con sus deberes.

-Era Eric, quería que fuese a jugar con él, pero le he dicho que no porque sus juegos no me gustan.- Respondió con total sinceridad Butters.

-Yo le odio, porque se ríe de mi.- Dijo Pip.

-¿Se ríe de ti? ¡Entonces ya no soy su amigo!-Dijo Butters enfadado.-No dejaré que te haga daño.-

-Gracias Butters.-

Se sonrieron y Butters se sentó junto a él para hacer los deberes.

-Me gustaría besarte, Butters.-Dijo Pip.

-Y a mi, pero... aquí no se puede.-Respondió el rubio de pelo más corto.

-Uno pequeñito.-Suplicó Pip.

-Vale.- Accedió Butters sonriendo.

Se dieron un besito muy suave y se cogieron de la mano por debajo de la mesa.

-Oye, Butters ¿Cuándo seamos mayores te casaras conmigo?-Preguntó Pip nervioso.

-Si mis papás me dejan, si- Respondió Butters apretando un poco más la mano de Pip.-Pero seguro que me dejan porque sacas buenas notas.

-¿Mañana podemos ir al parque?-Preguntó Pip.-Ya sabes... a comer un helado o algo, como es sábado...

-¡Pues claro! Si acabamos esto ahora mis padres me dejaran.-Respondió un muy ilusionado Butters.

-Pues ¡A trabajar!-Dijo Pip muy motivado.

Acabaron los deberes y la madre de Butters invitó a Pip a quedarse a dormir, este aceptó gustoso.

Por la noche, los dos niños hablaban bajito metidos en la cama de Butters.

-Pip, tengo un regalo para ti.- Y le entregó el dibujo que había hecho en clase.

Pip lo miró, era un dibujo con coloridas flores, corazones rojos y con varios "te quiero" escritos.

-¡Oh! Nadie había hecho algo tan bonito por mi nunca... Butters, yo también te quiero.-

Pip se acercó y le besó de un modo que solo había visto en las películas, le salió de forma natural.

-Wow... Pip...-Dijo Butters muy impresionado.-Me has metido la lengua en la boca.-

-Lo-lo siento...- Dijo Pip bastante avergonzado.

-Si me ha gustado, pero los otros también me gustaban.-Dijo Butters.

-Y a mi.-Dijo Pip.- Tengo mucho sueño...-

-Y yo, buenas noches Pip.-

-Buenas noches Butters.-

Y se durmieron cogidos de la mano muy sonrientes.

Continuará.

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Advertencias: Yaoi, Pip x Butters.

Dedicado a: Mónica, Sara, Diana y Andrea.



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Capítulo 4:

En el parque al día siguiente.

-¡Corre Pip!-Gritó Butters.- ¡O no llegaremos a la heladería!

-¡Tranquilo, Butters, no cerrará hasta dentro de mucho!-Gritó el británico persiguiendo a Butters.

Llegaron al puesto y Butters pidió un helado de fresas y nata, y Pip uno de avellana y chocolate y se sentaron en unos bancos muy alejados de la tienda para poder hablar tranquilos.

-Sabes... Pip, alguna vez podríamos volver a jugar a Los ángeles de Charlie con Dougie- Sugirió Butters.

-Eso sería sublime.-Respondió Pip sonriendo.

-Pip, llevas chocolate en una mejilla.-Dijo Butters.

-¿Dónde?- Preguntó Pip muy avergonzado.

-Yo te lo quito.-Dijo el chico de sudadera azul.

Butters se inclinó sobre Pip y con uno de sus deditos retiró la minuscula mancha de chocolate, después besó la mejilla del británico.

-¿Y eso?- Preguntó Pip tocándose la mejilla sonriendo.

-Un premio porque eres el mejor.-Respondió Butters.-¡Eh! Pip ¿Porque no vamos bajo el tobogán?

-¿Por qué quieres ir ahí?-Preguntó Pip curioso.

-Porque te quiero contar un secreto y si lo cuento aquí ya no será secreto.-Respondió el de pelo más corto.

-Pues vamos- Respondió el británico colocándose bien la gorra.

Los dos corrieron y se escurrieron por debajo del tobogán quedando sentados, entonces Butters sacó un rotulador permanente plateado.

-¿Para qué es el rotulador, Butters?-Preguntó el chico de pelo más largo.

-Bueno... tú me regalaste un anillo genial y yo solo una flor y un dibujo, así que sellaré nuestro amor.-Respondió Butters.

Abrió la tapa del rotulador, y en trazos grandes escribió en el tobogán "BxP", Pip le quitó el rotulador y dibujó varios corazones alrededor de las letras y escribió "Para siempre". Los dos niños se sonrieron y se cogieron de la mano.

-Pip... ¿Y dónde nos casaremos?- Preguntó Butters.

-En Londres estará bien...-Dijo Pip.

-Yo quiero vivir en una casa graaaande.-Dijo Butters sonriendo y alzando sus manitas.

-¿Con jardín?-Preguntó Pip.

-Grande y verde, con flores de colores ¿Muchas habitaciones?-Preguntó Butters.

-Si.-Respondió Pip volviéndose a coger de la mano de Butters.

-Mira, Cartman, lo que sea que te ha contado Clyde es mentira... ¿Tienes que dar por saco, no?- Dijo un exasperado Kyle.

-Mira, judío, sé que traman algo o que están metidos en algo y ni tu ni tu perra madre judía me lo vais a fastidiar.-Respondió el chico obeso.

-¿Y cómo descubrirás algo, gordo? ¿Los vas a perseguir hasta que lo demuestres?-Preguntó Stan.

Los super mejores amigos estallaron en una sonora carcajada.

-Reíros de lo que queráis, maricas, el presidente me lo agradecerá.-Dijo Cartman antes de marcharse enfadado hacia el parque.

Stan y Kyle se miraron otra ver y se empezaron a reír de nuevo.

-Hola, tíos.- Dijo Kenny.

-¡Eh! Hola Ken ¿Qué tal el infierno?- Preguntó Kyle.

-Lo de siempre, sangre, llanto, tortura, Satán sodomizando... Lo normal ¡Ah! He visto a Damien.- Dijo muy tranquilo el chico del anorak naranja.

-¿¡Qué!-Preguntaron Stan y Kyle a la vez.

-Eso, Damien vuelve a South Park.-Dijo Kenny.

Continuará.